Parte de la ciudad de Santa Marta donde termina la carretera, vas a descubrir un pueblo de otro tiempo: Taganga, como dormido en los brazos de la montaña, primera entrada al de otro Parque Tayrona. Cansado de la gran ciudad y del mundo del consumismo, aquí encontraras reposo, paz y un viento de libertad.
Pescadores por tradición, los nativos son acogedores y sonrientes, sienten cariño a su pueblo y dan la bienvenida a todos los transeúntes, tanto que es posible que termines quedándote más tiempo de lo que esperas.
Las redes de pesca se encuentran en la playa de Taganga y los barcos de pesca se balancean en la bahía al atardecer.